sensetint@ » Cornellà, cinturón rojo http://sensetinta.projectescitilab.eu revista digital citilab Thu, 12 Apr 2012 17:08:10 +0000 en hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.3.2 Cornellà-Cinturón Rojo http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=479 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=479#comments Sun, 04 Jul 2010 13:12:35 +0000 Sensetint@ http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=479

Desde la sección Cornellà: Cinturón Rojo, nos acercaremos, enmarcado en el contexto político mundial,  a través de las huelgas, las experiencias de los entrevistados, al por qué Cornellà se unió al movimiento obrero en lucha y formó parte del Cinturón Rojo del Baix Llobregat.

Al poder escribir en el sensetint@, se nos ofrece la oportunidad de realizar una actividad que nos fue negada en su día, negada por la necesidad que teníamos de llevar un sueldo a casa, para mermar la larga crisis que se produjo en aquellos años, sobre todo, para los del lado perdedor y por la imposibilidad de hacerlo de una forma abierta.

Ahora tenemos la ocasión de comunicarnos con vosotros, mostrarnos a nosotros mismos nuestra faceta oculta y explicaros nuestra versión de lo qué paso durante estos años.

Amadeo Navales

Los que me motiva a difundir este tema, en la revista sensetint@, son las vivencias personales y colectivas de las persónas que componemos este grupo de trabajo, que una vez transcurridos 35 años desde el final de la dictadura franquista en nuestro País, vamos comprobando, que las nuevas generaciones van perdiendo conciencia de las condiciones de vida que imperaba por aquellos tiempos en Cornella y por extensión en el Baix Llobregat.

Manuel López Córcoles

Cuando llegué por primera vez a Cornellà, para trabajar en Citilab, recordé que no era la primera vez que pisaba su suelo. Una parte de mi família paterna emigró desde Andalucía a la entonces llamada “Ciudad satélite”, hoy San Ildefonso, durante la década de los 70. Recordaba las conversaciones sobre el trabajo en las fábricas, las huelgas, las menciones veladas al régimen fascista de Franco… También recordaba las “peñas” de flamenco a la que me llevaban mis tios y que hicieron de mi una fanática del cante jondo.

Cuando conocí a Amadeo y a Manuel vi la oportunidad de reconstruir mi imaginario infantil con la realidad que ellos, siempre generosos, me explicaban.

Será un placer recorrer en su compañía estos años grises de la historia de todos nosotros.

Pau Domínguez Ara

Equip Redacció Secció Cornellà: Cinturón Rojo

Amadeo Navales Turmos       Pau Domínguez Ara      Manuel López Córcoles

]]>
http://sensetinta.projectescitilab.eu/?feed=rss2&p=479 1
Joan Pujol http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1744 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1744#comments Tue, 14 Jun 2011 16:44:53 +0000 Sensetint@-Cornellà http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1744

Nacido en Barcelona el 14 de Febrero de 1912, Pujol desarrolló una profunda aversión hacia la Alemania Nazi y la Unión Soviética, después de sus vivencias del fascismo y del comunismo en Cataluña tras la Guerra Civil. Alrededor de 1940, decidió que debía contribuir al final de la guerra ayudando a Gran Bretaña, único adversario de Alemania en aquellas fechas.

Araceli González, su esposa, se dirigió entonces a la embajada británica en Madrid, donde ofreció los servicios de su marido como espía. Tras ser rechazado ofreció sus servicios al III Reich con la intención de servir como espía doble para los aliados. Una vez aceptado por los alemanes, tomó el nombre de “Arabel” y estableció una falsa red de espías Haciendo pequeños trabajos para éstos, tales como retransmitir códigos por radio, volvió a ofrecer sus servicios al Servicio de Inteligencia Británico, siendo esta vez aceptado, ya que habían controlado sus pasos y conocían su situación.


Con el nombre de “Garbo” operaba inicialmente desde Lisboa y fingía a los alemanes estar en Gran Bretaña. Inventaba informes ficticios sobre movimientos de barcos mercantes, convenciéndoles con éxito de que eran datos verdaderamente valiosos, gracias a información obtenida en la biblioteca de Lisboa y noticieros del cine. Fingía viajar por toda Gran Bretaña y enviaba sus partes de gastos, según los precios que obtenía de una guía de ferrocarriles británica. Al comienzo pasó ciertos apuros al no entender correctamente el sistema británico de moneda pre-decimal (libras, chelines y peniques), pero solventó sus problemas enviando los partes gasto por gasto, y arguyendo que ya enviaría el total más tarde.

Fue un doble agente español que con la asistencia de su esposa Araceli, desempeñó un papel clave en el éxito del desembarco de Normandía que ocasionó el final de la Segunda Guerra Mundial, todavía no se ha reconocido la importancia de su intervención.

La información falsa que Pujol proporcionó a Alemania, ayudó a convencer a Hitler de que el ataque principal sería mas tarde y en el Paso de Calais (Francia) en lugar de Normandía, por lo que Hitler mandó al grueso de sus tropas a defender el lugar equivocado.

Llegó a Inglaterra en la primavera de 1942 y operó como agente doble bajo el auspicio del Servicio de Inteligencia basada en la captura de agentes alemanes y su posterior conversión en agentes dobles para labores de contraespionaje o para maniobras de desinformación del enemigo. Su trabajo principal fue el de convencer a los alemanes de que había conseguido reclutar a un gran número de agentes en Gran Bretaña, algunos de ellos personas de mucha influencia y con información valiosa. La dificultad de su trabajo radicaba en que debía en todo momento fabricar informes coherentes de todos los agentes que iba inventando y que no se contradijeran entre sí, sin perder credibilidad.

A veces debía inventar razones para explicar a la jefatura por qué uno de sus agentes había sido incapaz de informar sobre alguna operación que tarde o temprano llegaría a oídos alemanes y para no descubrir que todo era una farsa. En una ocasión informó que uno de sus agentes de Liverpool había caído enfermo justo antes de un gran movimiento de flota desde ese puerto a la costa oeste de Inglaterra. Al caer supuestamente enfermo, le fue imposible a ese espía transmitir aquella información. Para dar énfasis a su historia inventada, incluso tuvo que fingir la muerte de ese agente y hasta una esquela falsa fue publicada en un diario local. De esa forma, los alemanes creyeron su historia y hasta pagaron una pensión a la viuda del agente muerto.

La información que Pujol enviaba a los alemanes era inventada por sus superiores británicos e incluía una gran parte de sucesos verdaderos para que los informes fueran más convincentes. En ocasiones, se conseguía el efecto deseado mandando información genuina pero retrasando su llegada para que el daño fuera mínimo. Para ello a veces se recurría a matasellar una carta con una fecha anterior, pero no mandándola hasta la víspera del movimiento de tropas en cuestión para que cuando llegara pareciera un retraso del servicio de correos. Los alemanes pagaban a Garbo grandes cantidades de dinero para mantener su red de agentes, que en un momento dado llegó a contar con 22 personajes ficticios. Garbo gozó de bastante credibilidad entre sus superiores (tanto de un bando como del otro), lo que le llevó a adquirir elstatus de Agente Especial.
Operación Fortitude

El trabajo de desinformación de Garbo era parte de la Operación Fortitude, que convenció a Adolf Hitler y a muchos de sus colaboradores de que la invasión aliada ocurriría en el Estrecho de Calais, a 249 km de Normandíe Calais y que el desembarco de Normandía era sólo una maniobra para atraer a las tropas alemanas lejos dee Calais. De hecho, fue tal la credibilidad de la que gozó por parte de Hitler, que incluso una vez comenzado el desembarco, siguió pensando que esta no era la verdadera invasión, sino una mera distracción para el verdadero ataque en Calais. Para cuando Hitler se dio cuenta del engaño, la ya había sido un éxito y las tropas aliadas se había adentrado demasiado, por lo que la movilización de las divisiones acorazadas no tendría el mismo significado.
Existe información sobre este espía en el Imperial War Museum de Londres, que incluye material altamente sensible desclasificado.

Condecoraciones
Garbo tiene el honor de ser la primera y una de las pocas personas condecoradas con medallas de ambos bandos: la Cruz de Hierroalemana y la Orden del Imperio Británico

Fin de la Guerra.
Después de la guerra, Pujol se sintió atemorizado por posibles represarias políticas y se mudó Venezuela, donde vivió en el anonimato. Murió enn Choroní, una población en el estado Aragua, a 146 kilómetros de Caracas, en 1988.

Amadeo Navales

http://www.vilaweb.catmediaimatgesdiariescolaimatges200912joanpujolp_joanpujol.jpg

http://images.suite101.com337443_net_double_age.jpg

http://josepmariallagostera.blogspot.com

Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0;

]]>
http://sensetinta.projectescitilab.eu/?feed=rss2&p=1744 0
Juan N. García Nieto http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1849 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1849#comments Tue, 14 Jun 2011 15:34:13 +0000 Sensetint@-Cornellà http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1849


Juan N. García Nieto

Joan N. García-Nieto París (1929-1994)

Juan N. García-Nieto nace en Barcelona el 9 de Julio de 1929. La suya es una familia acomodada, del mundo del comercio y de la banca. A los 15 años, en 1944, ingresa en el monasterio de Nuestra Señora de Veruela, cerca de Zaragoza, en el noviciado de los jesuitas. Del 1953 al 1955 da clases en el colegio de los Jesuitas de Montsiá, en Mallorca. Del 1955 al 57 hace estudios de economía, sociología y sindicalismo en la universidad de Deusto, después de hacer los estudios de filosofa en Sant Cugat. Cuando acaba los estudios en Deusto, en el verano del 57, tiene una experiencia de vida con los obreros del Plan Badajoz, realizando trabajos de pico y pala y estando al mismo nivel de los obreros que realizaban aquella obra mastodóntica. Ya en Bilbao había participado en algunas luchas obreras, como las de Euskalduna y Altos Hornos, teniendo también contactó con los mineros de la Camocha en Asturias. De sus estudios en Deusto sale su tesis “El Sindicalismo cristiano en España”, habiéndose relacionado para su elaboración con dirigentes del PSOE y la UGT, exiliados en Toulouse así como con militantes de la CNT.
Del 1957 al 1961 estudia Teología en Dublin (Irlanda) y después, ya sacerdote, amplía sus estudios de economía y sindicalismo en la Escuela de Economía y Política de Londres. A partir del 1963, ya en Barcelona, inicia sus clases en la Escuela Superior de Administración de Empresas (ESADE) y entra en contacto con los movimientos apostólicos obreros (JOC; HOAC y ACO).
A partir del 1965 viene a vivir a Cornellá a un piso de dos habitacionesn en el barrio de San Ildefonso (La Satélite). Cuando Juan viene a Cornellá, lo hace como consiliario de diversos movimientos apostólicos obreros, como la JOC, ACO o la HOAC, que son los que le dicen: si quieres ser como nosotros te tienes que venir a vivir con nosotros. Es en torno a Juan que se va formando el embrión de lo que luego fueron  las Comisiones de Barrios y Fábricas y en su entorno se van formando las vanguardias de gente joven que, en muy poco tiempo, serán decisivas para que nuestra comarca sea punta de lanza del movimiento obrero en todo el Estado, con la convocatoria de las huelgas generales que se hicieron en plena clandestinidad, en pleno franquismo.>
Juan fue detenido el 24 de Enero de 1969 junto con otras veintiuna personas reunidas en casa de Alfons Comín. Era una reunión con la viuda de Emmanuel Mounier, el filósofo francés sobre el Personalismo. La mayor parte fueron puestos en libertad pronto, pero Comín fue encarcelado en la Modelo y Juan confinado en La Cova de Manresa, vigilado estrechamente por la policía, con un régimen de visitas similar al de la Modelo y con la amenaza de un consejo de Guerra. Ambos permanecieron detenidos largo tiempo y en el caso de Juan, durante cuatro meses.
Tenía una preocupación especial por la juventud y fruto de ello fue el estudio que hizo junto con su gran amigo Alfons Carlos Comín y que se materializó en el trabajo-Estudio JUVENTUD OBRERA Y CONCIENCIA DE CLASE, estudio centrado en la realidad de Cornellá. Según sus palabras, el estudio se refería a la juventud que trabaja, y más concretamente a la juventud que ha emigrado y que se ha instalado en los barrios periféricos.
Junto con Comín y con muchos otros cristianos comprometidos en las luchas obreras y contra la dictadura fueron inspiradores y creadores del movimiento Cristianos por el Socialismo, vital en el comienzo del diálogo marxismo-cristianismo y en el compromiso y organización de muchos cristianos en las organizaciones de clase (en los sindicatos clandestinos, fundamentalmente en aquellos tiempos CCOO y en los partidos de la izquierda marxista-comunista)
En Cornellá, su piso era el centro de reunión de mucha gente y en su casa se hacían seminarios sobre Movimiento Obrero. En el 1970 fue uno de los participantes en el grupo que acabó creando las Comisiones de Barrios y Fábricas, que supuso la organización y formación de innumerables jóvenes de Cornellá y de todo el Baix Llobregat. Este grupo, en un primer momento,   se integró en Bandera Roja, pero con la práctica de lucha que se estaba llevando, llegó un momento (1973-74) en que se vio la necesidad de confluir con el PSUC, cosa que se hizo a lo largo de 1974.
Juan fue la persona necesaria que en los momentos gravísimos de la dictadura, cuando esta mataba a los trabajadores, denunciaba los asesinatos provocados por la dictadura con voz clara y enérgica en la Iglesia de Santa María o la de San Miguel. Así ocurrió ante la muerte del trabajador de la térmica del Besós, o del obrero de Seat, o la ejecución de Puig Antich o la muerte de tantos y tantos cuantos cayeron en manos de la dictadura.
Fue la persona necesaria para la creación de la Escuela de Formación Social del Baix Llobregat, lugar de formación política y sindical de tantos y tantos jóvenes y no tan jóvenes. Fue la persona necesaria para que muchos creyentes, a través de las Comunidades Populares, o de CPS, o de su trabajo diario y personal, se integraran en el Movimiento Obrero y en sus organizaciones de clase.
Juan fue la persona unitaria y de consenso que dirigió la palabra y el saludo a los huelguistas del Baix en las Huelgas generales de 1988 y 1993, incluso en la última fecha cuando ya estaba con muchos problemas de salud. Juan fue la persona necesaria para poder plantear un proyecto de reconstrucción de la memoria de las luchas de nuestra comarca, mediante la creación por parte de los sindicatos de la Fundación Utopía, de la que fue Presidente hasta su muerte y a la que donde todo el archivo personal de todas cuantas luchas se desarrollaron en nuestra comarca desde los años sesenta hasta la llegada de la democracia. El archivo de Fuentes Orales puesto en marcha inicialmente por su hermana María Carmen García-Nieto, que falleció a primeros de diciembre de 1997, ha supuesto disponer de un fondo documental de primer orden sobre las luchas y en general sobre nuestra historia.
Poco amigo de homenajes, recibió la medalla de oro de la ciudad de Cornellá en el año 1989. En el discurso de aceptación en la Iglesia de Santa María de Cornellá dijo: Hay cuatro, cinco cosas a las que no he renunciado y no quiero renunciar: En primer lugar, hijo de Catalunya, viviendo en Cornellá durante 25 años, y al mismo tiempo identificado con los que han venido de fuera buscando un hogar, buscando el pan, buscando el trabajo. En segundo lugar, no renunciar a ser un hombre de fe cristiana vivida en el seno de la comunidad de base de Cornellá, de los movimientos de la comarca, de cristianos por el socialismo. Tampoco renunció a continuar siendo hijo de San Ignacio, con una Compañía con vocación de frontera, con vocación total de lucha por la justicia. Finalmente, ni renunció ni los que estamos aqu renunciaremos, a nuestra militancia sindical, en mi caso en el seno de Comisiones Obreras; en mi caso también, en el seno del Partit Socialista Unificat de Catalunya, pero luchando por una gran pluralidad entre toda la izquierda, entre los hombres y mujeres que queremos un mundo más solidario.
Desde principios de los años ochenta, Juan acompañó a un grupo que comenzó a tratar la problemática de los jóvenes que comenzaron por aquellas fechas a caer en situación de marginación, sobre todo por consumo de drogas. Fue una lucha larga que se constituyó en una obsesión para l. Era la gente que se salía del sistema, o mejor, que el sistema echaba de su seno, jóvenes que acababan irremediablemente en la adicción a las drogas, adicción que les llevaba a robar para poder consumir y en definitiva acababan en la cárcel. Hasta la fecha de su muerte se multiplicó por este sector intentando gestiones con políticos, con miembros de la judicatura, con el mismo gobierno, para conseguir indultos para los reinsertados. En 1990 participó en la constitución de la Coordinadora Contra la Marginación de Cornellá, la entidad que resultó del trabajo de aquel grupo inicial de los ochenta, entidad que aún hoy sigue siendo fiel a los principios de sus fundadores y que sigue empeñándose en la labor de ayuda a los más débiles.
Juan, persona solidaria por convicción, también participó en la creación de ACCIO SOLIDARIA CONTRA L’ATUR, Entidad pionera en apoyar la promoción del empleo, subvencionando desde herramientas para el trabajo, o ayudas para la autoocupación o para ayudas puntuales.
Murió el 23 de Julio de 1994, mientras decía la misa de ocho de la mañana. Su corazón, enfermo desde hacía mucho tiempo dejó de latir. Había cumplido pocos días antes sus 65 años. Para muchos de nosotros, con él se marchaba un referente de la comarca, de Cornellá. Pero a muchos, a su marcha, el ejemplo de su vida les llevó a un compromiso total con los más desfavorecidos. Y por supuesto, nunca le olvidaremos.

Ama10

]]>
http://sensetinta.projectescitilab.eu/?feed=rss2&p=1849 0
Biografía Manuel Campo Tolosana 1925-2010 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1504 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1504#comments Tue, 08 Mar 2011 17:53:51 +0000 Sensetint@-Cornellà http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1504 Un compromiso con la lucha vecinal

Nació en 1925 en Camporrells un pequeño municipio de la provincia de Huesca, lindando con Lleida.
Trabajo desde los 14 años en la harinera que tenía su padre en el pueblo de Camporrells. Su compromiso con los vecinos , le llevaron a ser alcalde de este pueblo aragonés durante siete años, Manuel Campo, sin recursos, desde esta alcaldía trabajó para acoger la oleada inmigratoria que llegaba desde Andalucía a trabajar en la construcción de las presas hidroeléctricas y llegó a enfrentarse a un despiadado ingeniero alemán, Kraus, un autentico nazi, por el trato vejatorio que infligía a los trabajadores.

La situación económica de las zonas rurales y el auge de la industria en las grandes ciudades, además de la necesidad de buscar un futuro para sus hijos, le hacen emigrar a Barcelona para situarse y preparar la llegada del resto de la familia. Un año más tarde, un 19 de marzo de 1960 llegan a Almeda (Cornellà) su mujer Mª Teresa Vidal, y sus cuatro hijos, Manuel, Luis, Mª Teresa y Anabel, para ocupar uno de los 140 pisos, que el Ministerio de la Vivienda había construido en el barrio. Pronto el barrio le mostraría las precariedades que tenia, junto con sus vecinos, vería y sufriría dos riadas en 1962 y 1971, que vinieron a agravar las ya difíciles condiciones de Almeda.

-Aquí nuestros hijos fueron creciendo, contaba Manuel Campo Tolosana, en el libro (Almeda Temps de Lluita i de Progrés), uniéndose con todos los demás para reivindicar un bienestar mejor y un barrio más habitable para los vecinos.
Efectivamente la familia Campo, siempre ha sido una familia comprometida, con todas las luchas, que se llevaban en el barrio en esos años, desde la responsabilidad política en la clandestinidad, o desde sus entidades asociativas, utilizando cualquier medio que sirviese para mejorar las condiciones de vida.

Manuel Campo transitando por la calle Dolores Almeda

-Todo aquello fue un toque de atención, despertó muchas conciencias que teníamos aletargadas y nos lanzo a la lucha contra la pasividad del Ayuntamiento, teníamos una gran confianza entre todos y la decisión unánime de defender el barrio. Fueron años duros pero bonitos. Era ir subiendo poco a poco peldaños básicos de una escalera muy larga.

Manuel Campo, participa en la creación de un Grupo Cívico en 1970 junto, a Reinhold Schmoll, Jordi Salesa, José Ballesteros, Jordi Santfeliu, entre otros, grupo integrado dentro del Centro Social Almeda, única entidad asociativa del barrio, desde el que se impulsaba todo tipo de acciones para pedir soluciones a los problemas del barrio.
Una de las primeras actividades del grupo fue el estudio de todas las deficiencias del barrio.

-Revisamos palmo a palmo todo el barrio; presentamos un informe sobre las situaciones planteadas al Ayuntamiento y fuimos insistiendo y consiguiendo soluciones: arreglos de las calles, el autobús para desplazarnos al Centro – Ciudad satélite. Hicimos gestiones en Madrid sobre la “Bell-lloc Pozzali”, gestiones continuadas para cambiar la salida del cinturón (Plan Parcial), sanidad, FFCC, Etc.
Aquello fue para mí despertarme del gran letargo, por el quebranto económico que había sufrido y el peso de la responsabilidad conjuntamente con mi esposa de subir y educar a cuatro hijos.

Charlando con Jovenes del barrio


-L’alcaldia honorária del barrí corresponia a la familia Campo Vidal. En aquells temps m’impressionaven molt la mare i el pare. Creo que el Campo pare va ser, a mes, la garantía d’aquella gent joveníssima que es movia pel mon de la política com si es tractes d’un joc que acabava d’inventar: amb gracia, amb ganes, amb humor, sense aires de tragedia i sense sentit transcendentalista del moment “historic”.

Años después Manuel Campo y su esposa Mª Teresa se trasladan a Barcelona, sus hijos se quedarían ocupando el piso de Almeda, hasta finales de los 70.
-Cuando nos fuimos a Barcelona automáticamente conecte con los vecinos que estaban luchando por el barrio de Hostafrancs y juntamente con los de Sants y la Bordeta, seguimos luchando y consiguiendo unos barrios mejores.

Manuel Campo, se hace miembro de la Asociación de Vecinos de Hostafrancs de la que ha fue Presidente durante dos etapas la última desde 1990 hasta mediados de 1999.

En reconocimiento de esos años de lucha vecinal, el distrito de Sants – Montjuïc lo propone en el año 2000, para recibir la Medalla de Honor de Barcelona.

Manuel Campo Tolosana, es un hombre de acción comprometido con la lucha vecinal, con un talante dialogante, y siempre capaz de reconocer los errores y tratar de corregirlos. Conocido especialmente por sus acciones a favor de la mejora de las condiciones de vida ciudadana, ha vinculado su nombre a la historia reciente de Hostafrancs, con el Plan Comarcal, el PERI, la lucha por la construcción del Parque de la España Industrial y la recuperación de las cocheras de Sants y el Casinet de Hostafrancs, como Centros Cívicos. También colaboró en la creación del Casal Artesà de Hostafrancs. El balance de su gestión traspasa el marco de cualquier asociación, dado que siempre procuró mantener muy buenas relaciones con el entorno asociativo, por tratarse de un referente en la conexión de las entidades del barrio.

Recibe la Medalla de Honor de Barcelona.
Por su generosa dedicación al barrio de Hostafranc s y su constante compromiso con la gente y haber constituido una aportación fundamental al movimiento vecinal de Sants Montjuïc.

Recientemente Manuel Campo, recibió junto a su familia, en el 50 aniversario de su llegada al barrio Almeda, el reconocimiento de sus antiguos vecinos.
Gracias a todos

Queridos amigos de Almeda, muchas gracias a todos por las muestras de cariño recibidas ayer junto a los antiguos colegios del barrio. Mis padres todavía se están recuperando del baño de simpatía y afecto que les regalasteis. Nunca había visto llorar a mi padre y ayer, poco más echa unas lagrimitas. Conseguisteis emocionarlo, y eso que siempre ha ido de hombre duro.
Luis Campo Vidal

Manuel Campo falleció el día 8 de octubre del 2010.

Manuel se ha ido como vivió: con gran generosidad Nos inculcó el sentido de familia y de honradez por encima de todo. Nos enseñó a ser demócratas en plena dictadura. Nos recordó siempre que debamos mirar por los nuestros pero también por los demás.

Aprenderemos con su ejemplo, su honestidad y su sentido del humor.

Andrés Sánchez Vega

……………………………………………………………………………………….

Datos obtenidos de: http://almedacornella.blogspot.com/search/label/Manuel%20Campo%20Tolosana

Amadeo Navales

]]>
http://sensetinta.projectescitilab.eu/?feed=rss2&p=1504 0
Triunfo de una Huelga http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1210 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1210#comments Wed, 02 Feb 2011 17:57:08 +0000 Sensetint@-Cornellà http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=1210

Suele ser dificilísimo y muy complicado  para unos trabajadores, salir con ventajas después de una huelga, teniendo en cuenta que gana el que más tiempo aguante sin percibir ingresos. El obrero necesita llevar el sustento a su casa con regularidad, cuando terminan los ahorros tienen que recurrir a amigos, familiares que les vayan facilitando medios para subsistir, comercios que fíen, aplazamientos en las entidades bancarias para que vayan atrasando los diversos compromisos con el mínimo posible de intereses.
Mientras que el empresario, sin alguien que trabaje y que haga funcionar la empresa, no es nadie, no puede inmutarse y tiene que aparentar que no pasa nada, que tiene capital suficiente para aguantar muchísimo tiempo; pero a veces, para mantener el estatus y el ritmo de vida que llevan algunos, tampoco resulta fácil. Desde luego, hay que reconocer que el empresario dispone de más recursos; pero ante unos trabajadores motivados, bien organizados y con instinto solidario, se le complican muchísimo las cosas.
Durante la dictadura, los sindicatos no estaban legalizados, las reuniones de mas de tres personas estaban prohibidas y las fuerzas policiales, como supondrán estaban al servicio del gobierno, que no dudaba en reprimir cualquier conato de indisciplina.
Vamos a repasar un poco la historia para recordar a groso modo, la proveniencia de la servidumbre.

Siervos


La voz siervo se refiere a una forma de vinculación entre un campesino y un señor feudal, quedando establecido su señorío.
Durante la Edad Media, un siervo era una persona que servía a un noble en unas condiciones, que en la actualidad se considerarían próximas a la esclavitud. El señor feudal tenía la potestad de decidir en numerosos asuntos sobre la vida de sus siervos, y sobre sus posesiones.
El estatus del siervo se diferenciaba en la práctica poco del esclavo. La diferencia principal consistía en que no podía ser vendido por separado de la tierra a la que trabajaba, en general, y jurídicamente era un hombre libre
No se debe confundir con vasallo, el vasallo, estaba sometido también a un señor, pero mediante una relación política y militar, o sea, es un noble o un eclesiástico, por lo tanto un privilegiado, mientras el siervo, pertenece al pueblo llano.
Característico de la servidumbre de un siervo era el conjunto de obligaciones consignados tales como la incapacidad del siervo de adquirir o vender bienes raíces, sometimiento a la autoridad política, judicial y fiscal del señor feudal, obligación de prestar servicios militares a su señor y la entrega de parte de su trabajo o producto. La condición de siervo era hereditaria y no podía abandonar su tierra sin el permiso de su señor.
Normalmente, cuando predominaba la servidumbre, la tierra por sí sola no podía ser vendida, debido a que estaba asociada con poderes políticos (de la misma manera que el Rey de España no puede vender España). En cambio, la tierra podía ser transferida mediante guerras o esponsales.
El origen de la servidumbre se remonta a los últimos años del Imperio Romano. En las guerras de la crisis del siglo III, muchos labradores abandonaron o vendieron sus tierras, y la propiedad recayó en propietarios que, juntando muchas, las convirtieron en latifundios, y empezaron a explotarlas mediante arrendatarios (colonos).Estos arrendatarios trabajaban en estas tierras una parcela para su propia subsistencia, pagando un alquiler, y además debían trabajar para el terrateniente (señor), sin cobrar, en sus campos privados para la siembra y para la cosecha. Por medio de este arreglo no pagaban directamente los tributos de la tierra, haciéndolo en teoría el señor feudal. También en ciertas zonas se creó como una forma de protección militar de los campesinos libres, al aceptar estos someterse a un señor a cambio de su trabajo o productos agrícolas como forma de tributación. Debido a los términos del alquiler y el deterioro de la economía romana, el colono fue incapaz de pagar sus rentas y estuvo limitado a las propiedades por la deuda.
En 322, un edicto de Constantino, estableció las características de lo que sería en el futuro la servidumbre. El colono no podía marcharse o casarse fuera del latifundio sin el permiso del señor, y cualquier niño de la colonia también era un colono. Sin embargo, el señor no podía desahuciar a sus colonos ni incrementar arbitrariamente sus alquileres y deberes tradicionales. De esta manera el colono tenía algo seguro a pesar de su limitada existencia.

Vasallos

Vasallo es el término con el que en el feudalismo se designa a un noble de categoría inferior u hombre libre que pide protección a un noble de categoría superior, su señor feudal. Le jura fidelidad, da asistencia y presta servicio militar en su favor, recibiendo a cambio el control y jurisdicción sobre la tierra y la población de su feudo o señorío. Los vasallos, siempre tenían a alguien superior por encima de ellos y sometían a los de los eslabones inferiores en la jerarquía.
En la cúspide del vasallaje, se encontraba El Emperador, después, Los Reyes, Luego los Duques, Condes y Marqueses sucesivamente, bajo éstos sus barones, infanzones, caballeros, escuderos, etc..
La estructuración del clero y su vinculación a los intereses de la nobleza por su poder económico y territorial produjeron una pirámide semejante, tanto en el clero secular (papa, arzobispos, obispos, canónigos, arciprestes y sacerdotes) como en las distintas órdenes religiosas, abades y monjes en los monasterios y generales, jefes, oficiales, suboficiales y tropa en las órdenes militares.

Señorío

El señorío territorial sería similar al feudo;  del señor son fundamentalmente los derechos y jurisdicciones, es una de las características del feudalismo. Difícil sería aclarar lo que significaba concretamente ser señor de horca y cuchillo o hasta donde llegaba el derecho de pernada, acción de la que no se dispone de pruebas, cosa lógica puesto que no es motivo de orgullo para ninguno de los que consumaron este derecho, tanto los que lo pagaban, como los que lo recibían.
El señor territorial tiene en teoría una vinculación más estrecha con la tierra, y su forma típica de extraer el exceso de producción es mediante prestaciones de trabajo , o pagos en especie o dinero (de escasa circulación). Parara el señor es la percepción de la renta de la tierra; las vías de obtenerla eran innumerables, pues mediante un conjunto difuso de derechos señoriales conseguía gravar cualquier movimiento de la producción o aumentos de la prosperidad de los campesinos (derechos de paso, de pontazgo, de portazgo… por la explotación de los bosques, de los ríos… monopolios de molino, de tienda, de taberna…), a lo que hay que añadir los cobros derivados de la jurisdicción (multas, penas de cámara, todo tipo de impuestos cedidos por el rey…).
Propiamente, el campesino sujeto a señorío territorial sería un siervo sin libertad personal, figura que en los reinos hispánicos medievales se usa, pero no generalizadamente, y el que sólo lo está a un señorío jurisdiccional es un vasallo del señor, al igual que un noble lo es de otro o del rey. En España no hubo ningún momento espectacular de abolición de la servidumbre (sólo posible en circunstancias en las que la servidumbre se aplicó tardíamente y ya en la Edad Moderna, como ocurrió en el Este de Europa, particularmente en la Rusia zarista.

En el período siguiente, la Edad Moderna, el señorío fue sustituido por el Capitalismo y los Remensas por proletarios, si bien gracias a unos cuantos luchadores, se fueron logrando mejoras.

Uno de los ejemplos mas emblemáticos es el caso de L.A.F.O.R.S.A.

You need to have flashplayer enabled to watch this Google video

Con este testimonio de una heroica victoria, me congratulo pero a su vez lamento que no ocurran estas soluciones, cada vez que se produzcan situaciones semejantes y quiero rendir homenaje a cada uno de los obreros de L.A.F.O.R.S.A exceptuando al vasallo (encargado) que provocó esta revuelta, que protagonizaron este ejemplar episodio.

Amadeo Navales
___________________________________________________________________

Referencias de este artículo:

http://www.galeon.com

http://www.sindominio.net

http://mistercapital.files.wordpress.com

http://todolosolido.com

http://www.castlewales.com

http://esacademic.com

Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0

]]>
http://sensetinta.projectescitilab.eu/?feed=rss2&p=1210 0
La semana trágica de Barcelona http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=802 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=802#comments Mon, 20 Dec 2010 17:53:55 +0000 Sensetint@-Cornellà http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=802 En España, durante el reinado de Alfonso XIII el Gobierno de España, Presidido desde el 21 de Abril de 1907, por Antonio Maura, del Partido Conservador, que con su política rayando los límites de la derecha radical, poco a poco va despertando entre el Pueblo un sentimiento de descontento y desconfianza, del que comienzan a surgir unos incipientes brotes reivindicativos, entre la clase Obrera, para hacer frente a las rivalidades de los grupos políticos, que alternativamente se disputaban el poder, puesto que las elecciones siempre se efectuaban totalmente controladas por el “caciquismo” antiguo sistema electoral en el que por adelantado se conocía la facción o partido político que saldría vencedor.

Alfonso XIII, Antonio Maura y Francesc Cambó

En las elecciones que se efectuaron en Catalunya, en el año 1907, el partido vencedor fue el representativo de la burguesía nacionalista, llamado SOLIDARIDAD CATALANA, de Franceç Cambó, al obtener 41 de los 44 Diputados posibles, frente a su oponente del Partido Republicano Radical, Alejandro Lerroux, que solo logro sacar 3.

En aquellos años la clase obrera comienza a reaccionar ante los abusos de los patrones, y gracias a las noticias que llegaban a España, de las corrientes comunistas, libertarias, y ácratas, provenientes del norte de Europa, el descontento popular, cada día iba en aumento, haciéndose más patente principalmente en las zonas más industrializadas, como ocurría en Barcelona, ciudad en la que se crea el histórico sindicato SOLIDARIDAD OBRERA, de ideas izquierdistas y libertarias, que en cierto modo se convirtió en artífice de los graves sucesos ocurridos, durante La Semana Trágica de Barcelona, que por medio de estas letras pretendo

Para la historia, este trágico suceso, creo que erróneamente atribuido al llamado Movimiento Obrero seguramente p0r ser en mayor parte el proletariado, y principalmente el proveniente de la inmigración, el principal actor entre las fuerzas populares en rebelión, los que intervinieron en esta gran revuelta y amotinamiento civil, al defender el rechazo a la declaración de una nueva guerra, a sabiendas de que los únicos que la iban a padecer, era la clase obrera gracias a las Leyes en vigor sobre las Cajas de Reclutamiento obligatorio de personal civil para prestar el Servicio Militar, en el Ejército de España.

Estas Leyes permitían que los mozos llamados a filas, eludieran el deber de ingresar en el Ejército, a cambio de abonar la cantidad de 6.000.- reales de la época, (unas 1.500 de las antiguas pesetas o traducido a la moneda actual, 9 Euros.), pero también hay que tener en cuenta que en aquellos tiempos, el jornal medio diario de un obrero ascendía a 10 reales, (equivalentes a 2’50 pesetas, o 0’02 Euros).

Como es natural estas Leyes estaban hechas por y para la burguesía, puesto que solo podían beneficiarse de ellas los hijos de las Familias adineradas, no siendo este el caso de la clase obrera, que bastante hacia con mal sobrevivir.

En Melilla, el 9 de Julio de 1909, un grupo obreros españoles que trabajaban en el trazado de una vía ferroviaria para el transporte minero, que debía unir el Puerto de Melilla, con las minas de Beni-Biufur, Empresa Minera, propiedad del Conde de Romanones, en Sociedad con el Marqués de Comillas, fueron atacados por un grupo armado de cabileños, acto que propició el inicio de la llamada Guerra de Afríca, que después como es sabido, tuvo una larga duración pues este conflicto no vio su fin hasta el año 1927.

El Gobierno de España, declaró el estado de guerra para acudir en ayuda de las unidades del Ejército destacadas en el Protectorado de Marruecos, decretando el reclutamiento obligatorio de reservistas, y organizando el primer embarque de tropas desde el Puerto de Barcelona, previsto para el domingo 18 de Julio de 1909. Al acto de Despedida de las tropas, asistieron varias damas de la alta burguesía barcelonesa, con la intención de obsequiar a los soldados que partían con escapularios, medallas y tabaco, lo que causó graves disturbios entre el público asistente a aquella despedida.

El Gobernador Civil de Barcelona, Ángel Ossorio i Gallardo, presentó la dimisión de su Cargo por su negativa a declarar el estado de guerra en Barcelona a pesar de la gravedad de los tumultos que iban en aumento día a día. El Gobierno Central, nombra para este Cargo, al abogado valenciano Evaristo Crespo Azorín.

En Madrid se acuerda declarar una Jornada de Huelga General en toda España, para el día 2 de Agosto, pero sorpresivamente el Sindicato Solidaridad Obrera, se adelanta y proclama la jornada de huelga general, en protesta por la declaración de la guerra en el Protectorado de Marruecos, para el Lunes 26 de Julio de 1909 que fue seguida masivamente en las Ciudades de Barcelona, Sabadell, Tarrasa, Mataró, Granollers, y Sitges, creándose al mismo tiempo un Comité de Huelga para coordinar las actividades a realizar, hecho que motivó la salida del Ejército a las calles en prevención de los posibles altercados que pudieran ocurrir pero la salida de las tropas a las calles tuvo una agradable acogida por parte del Pueblo, que lo acogió con grandes muestras de simpatía y respeto, aplaudiendo, y gritando ¡¡Vivas al Ejército Español!! Por lo que en ningún momento fue

Ángel Ossorio i Gallardo, Llegada a Barcelona del Nuevo Gobernador y Evaristo Crespo Azorín.

necesaria su intervención en los pocos incidentes que aquella jornada tuvieron lugar, resultando una jornada de huelga general pacifica.

El Martes día 27 de Julio, Por desgracia amaneció con la llegada de nuevas y dolorosas noticias del frente de Marruecos, y más concretamente del Barranco del Lobo en el monte Gurugú, lugar en el que en una emboscada tendida por las hordas de las cavilas del Riff, se calcula que perdieron la vida entre 200 y 300 soldados de la expedición que había salido de Barcelona el día 18 de Julio anterior.

El descontento y la ira entre la gente, lógicamente iba aumentando conforme iban llegando las funestas noticias del frente lo que dio lugar a la insurrección del pueblo ante las Fuerzas de Seguridad y el Ejercito, levantando barricadas por las calles y cometiendo toda clase de actos vandálicos, pero contrariamente a lo que se esperaba, en muy pocas ocasiones estos actos fueron en contra de las industrias o sus Patronos.

El Comité de Huelga, se vio desbordado por la crudeza de las acciones violentas, y con los incendios, y saqueos de las Iglesias y Conventos, a los que las facciones del proletariado mas libertario y anarquista, culpaba de controlar e impedir la educación laica en las escuelas públicas y la asistencia sanitaria en los hospitales a la clase obrera, razón por la cual se llegaron a cometer toda clase de atropellos, vejaciones y asesinatos en contra del Clero.

A medida del paso de las horas, y la continua llegada de nuevas noticias del frente, los ánimos de los huelguistas amotinados, en las inmediaciones de las Ramblas, suenan los primeros disparos, circunstancia que aprovecha el Ejército, para abandonar su actitud pasiva, ante los insurrectos.

En consecuencia de la insurrección del Pueblo, el Gobierno de Antonio Maura, decretó para toda España la Ley Marcial, llegando a suprimir por decreto los sindicatos de Catalunya, al mismo tiempo que se suprimía la publicación de toda clase de periódicos y revistas de ideas contrarias al Gobierno.

El miércoles 28 de julio, El horizonte que se divisaba sobre la Ciudad de Barcelona, estaba plagado de inmensas columnas de humo procedentes de los incendios provocados en la mayoría de edificios religiosos de la ciudad, por lo que resultaba cada vez más imposible el amortiguar el encono i la ira anticlerical que se había desatado, entre el proletariado en su mayor parte de tendencias libertarias y republicanas.

Al mismo tiempo las barricadas en las calles seguían aumentando, por temor a la intervención de las fuerzas del Ejército que permanecía en las calles a la espera de una pronta solución al problema que se había creado.

Barricadas urbanas

Unido a violenta revuelta y amotinamiento de la población, el Gobierno se encuentra con la negativa de las Fuerzas de Seguridad, a intervenir en el conflicto, al considerar a los amotinados como a sus propios Compañeros, ya que el Pueblo en su inmensa mayoría proclamaba el no a una guerra, que el Gobierno de Madrid, por sus propios intereses particulares había declarado.

El jueves 29 de julio, El Comité de Huelga, ante la magnitud de los acontecimientos, se encuentra falto de ideas para contener la huelga o encontrar una posible salida favorable al grave conflicto, la convocatoria a la huelga había provocado.


Mientras tanto, se permanecía a la espera de que la revuelta popular, se extendiera por toda la Península, cosa que solapadamente impidió el Gobierno de Maura, al aislar la capital catalana, mediante la difusión de varios comunicados diciendo que todo lo ocurrido en Barcelona, estaba ocasionado por motivos de ideas separatistas.

Este mismo día, llegan a Barcelona refuerzos del Ejército, procedentes de Valencia, Zaragoza, Burgos y Pamplona, que se despliegan y ocupan militarmente, los puntos más estratégicos de la Ciudad.

Entre el Viernes 30, y el sábado 31 de julio, Las fuerzas del Ejército, reducen la revuelta y domina la caótica situación al eliminar los últimos focos de la insurrección civil.

El balance de esta trágica semana, de violentos disturbios, se puede enumerar en 78 muertos, 75 de ellos de personal civil y 3 militares, además de medio millar de heridos de diversa consideración. 112 edificios incendiados de los que 80 eran religiosos.

Ferrer i Guardia

El mismo sábado día 31 de Julio, el Gobierno de Maura, a su Ministro de la Gobernación, Juan de la Cierva y Peñafiel una fuerte represión que se efectúa arbitrariamente en la que se detuvieron a varios miles de ciudadanos de los que fueron procesados 2000, resultando 175 penas de destierro, 59 penas de cadena perpetua, y 5 penas de muerte por fusilamiento. También fueron clausurados los sindicatos y las escuelas laicas.

Los 5 reos condenados a muerte, entre los que se encontraba Franceç Ferrer i Guardia Fundador de la Escuela Moderna, de ideas liberales, que fue acusado de instigar la revuelta, solamente basándose en una carta remitida por los Prelados de Barcelona, lógicamente contrarios a las ideas libertarias. Todos Ellos, fueron pasados por las Armas en el Castillo de Montjuich, el 13 de Octubre de 1909.

Estos fusilamientos, para vergüenza de la Corona de España, causaron un gran malestar, en toda España y Europa, llegando a crear una fuerte alarma a la Casa Real, por lo que el Rey Alfonso XIII, tomó la decisión de cesar a Maura fulminantemente de sus funciones, como Jefe del Gabinete del Gobierno, para las que nombró como sustituto al Liberal, Segismundo Moret.



]]>
http://sensetinta.projectescitilab.eu/?feed=rss2&p=802 0
Carles Navales http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=962 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=962#comments Sat, 18 Dec 2010 14:06:10 +0000 Sensetint@-Cornellà http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=962

No puedo hablar del Movimiento Obrero del Bajo Llobregat sin mencionar a una persona que está estrechamente vinculada al mismo, uno de los protagonistas de dicho movimiento y de los sucesos acaecidos en el paso del Franquismo a la democracia.

Se trata de Carles Navales que fue uno de los artífices de la lucha obrera en aquellos años, por lo que me permito reproducir en este espacio, su autobiografía extraída de:

www.memoria-antifranquista.com

—————————————

CARLES NAVALES TURMOS

Hicimos lo que pudimos

En memoria de Isabel Aunión,“

La Negra”.El Serrat es uno de los magníficos valles que tiene Andorra. El día 8 de septiembre de 1963 viví allí una de las experiencias que más han marcado mi vida. Tras 23 años sin verse, se abrazaban todos los miembros de la familia Navales. Una mitad vivíamos en Cornellà y, la otra en Francia y Andorra. La guerra civil la rompió; los que habían sido concejales del ayuntamiento de Cornellà u oficiales del Ejército de la República tuvieron que exiliarse sin posibilidad de entrar en España. Pasamos tres días juntos y fue el del Serratel más completo; jugamos en sus montes y riachuelos, buscamos robellones, y comimos en el Hotel del mismo nombre, que abrió especialmente para la ocasión; lo construyó la empresa de un tío mío y aún no había sido inaugurado.

Yo tenía diez años. Lo único que entendí es que los míos perdieron la guerra y tuvieron que irse. Para un niño, lo que quedaba claro es que si los echaron de España es porque eran los más valientes, y que si en Andorra podíamos estar juntos, ojalá en nuestro país algún día también pudiera ser así.

Yo no quiero la Patria dividida

ni por siete cuchillos desangrada:

quiero la luz de Chile enarbolada

sobre la nueva casa construida:

cabemos todos en la tierra mía.

Escribió Pablo Neruda, en su “Aquí me quedo”, cuando el toro bravo olía la muerte que los generales traerían al Chile de su corazón. Sin saber expresarlo así, aquel niño de diez años sentía lo mismo que el poeta.

Si eso me pasó a los diez años, no menos fuerte fue el impacto que ya había recibido a los nueve.

Era el 13 de septiembre de 1962. Mi barrio, y toda la ciudad, quedaron conmocionados un mediodía, cuando sonó la sirena de la Siemens, que era la de Cornellà, esa que anunció el final de la guerra civil y que nos hacía saber cada día que ya era hora de ir a comer.

Recuerdo estar jugando en la calle Torras i Bages, al lado de mi casa. Como cada día, tras el chiflido, esperábamos que la calle se llenara de trabajadores yendo hacia sus casas a llenar la tripa. Unos iban andando, otros corriendo y alguno en bicicleta, según distancia y fortuna. Pero esa vez sólo un trabajador subía a pie y con la cara abatida. Le preguntábamos qué había pasado, pero no contestaba nada claro. Comenzaba la huelga de Siemens.

De inmediato, la carretera se llenó con jeeps de policía. Algunos niños nos acercamos a la puerta de la fábrica para ver que pasaba. Intuimos que los trabajadores se negaban a salir. Supimos después que estaban en huelga desde las diez de la mañana para conseguir un mejor salario, que entonces -horas extras incluidas- tenía por media 400 Ptas. semanales. Al poco llegó un coche, del que bajó un mando de la Guardia Civil. Percibimos que se trataba de un pez gordo a la vista de la energía con que se cuadró ante él el comandante de puesto, señor Copero, célebre por sus siempre frustrados intentos de mantener el orden en el campo de fútbol del Cornellà cuando la afición la tomaba con el árbitro y decidía llevarlo en manifestación hasta el canal de la Infanta.

Al poco, el pez gordo, que era coronel, sentenció que o salían los trabajadores de la fábrica u ordenaba tres toques de corneta y carga. Como es sabido, por ser un cuerpo militar las de la guardia civil no eran cargas preventivas, sino a tiro limpio. Llegado ese momento, desalojaron la calle y nos hicieron marchar hacia nuestras casas. Lo demás ya está más que escrito.

Al poco, una noticia que impactó al barrio entero. Josep Bach i Molas, nuestro mossèn Bach, estaba detenido en una comisaría de Barcelona. Se trataba de un hombre muy conservador, pero con vocación social y al que el barrio aún no le ha hecho justicia: él construyó escuelas e instituto. Huyendo de la policía, un grupo de trabajadores de Siemens buscó refugio en la iglesia, lugar de paz. Al último en querer entrar, justo en la puerta, un policía le cogió del brazo ymossèn Bach, sin pensarlo dos veces, lo tomó por el otro tirando de él hacia dentro del templo. La cosa quedó en tablas y el párroco le dijo al policía que si detenían al trabajador se lo tenían que llevar también a él, así que el guardia cargó con ambos.

Mi curiosidad de niño, me llevó a ir a la iglesia a ver que pasaba. Era otro día. Dentro, un grupo de unos veinte trabajadores de Siemens en corrillo dialogando sobre qué hacer. La batuta la llevaba otro entrañable, aunque vivía en los pisos de la Siemens (que también lo eran de la Pirelli, la Neyrpic y Tomás Blay), se trataba de Simón, el mejor tanguista que ha tenido el barrio. Al poco, un huelguista gritó que venía la policía. Los reunidos no sabían cómo salir de allí. Le dije a Simón que me siguieran. Subimos al coro, sabía que había una ventana que daba al colegio, y afortunadamente estaba abierta. Saltamos por ella, bajamos las escaleras y fuimos al despacho del director, que tenía otra ventana que daba frente a la Ferretería Povin, y por allí escapamos todos. Como sólo tenía nueve años y de mí no iban a sospechar, fui hacia la puerta de la iglesia. El desconcierto era total entre los policías. No había nadie en el templo; nos habíamos esfumado. Seguro que alguno de ellos creyó que se trataba de un milagro y se convirtió en hombre de bien. La verdad, ese día me sentí un héroe, pero un héroe frustrado: ¿a quién iba a explicar tanta hazaña?, y, si la contaba, ¿se la creería alguien?, y, si se la creía, ¿sería premiado o castigado? Así que guardé el secreto.

Todo el barrio colaboró a su manera. Fiando en las tiendas, ayudándose unos a otros, hasta que la huelga terminó; pero en la calle quedaron cuarenta y dos trabajadores despedidos, bastantes de nuestro barrio: todos gente de bien.

En mi conciencia de niño quedó claro que existía la injusticia: ver a mossèn Bach en comisaría y a aquellos vecinos, padres de mis amigos, despedidos, no daba para menos.

Por lo que hace a lo social, en el Cornellà de 1960 lo único que me hacía alucinar era ver la maqueta de lo que sería el barrio de San Ildefonso, que iba a construirse en los campos y viñas donde tantas veces habíamos jugado. Aquello era Hollywood: piscinas, escuelas, parques… Los niños íbamos cada día a contemplarla para soñar un poco, estaba expuesta donde se construían los primeros bloques. El final, otro shock para mi conciencia infantil: de lo prometido nada, y a los diez años suspensión de pagos de la constructora dejándonos 50.000 habitantes con piso y sin servicios. Ese fue el gran cambio de la ciudad que vivimos los niños de mi generación.

Infancia, …

Muchos impactos para un niño de diez años, nacido en Cornellà de Llobregat el 8 de diciembre de 1952, hijo de un obrero, que se levantaba cada día a las cuatro de la madrugada para ir a trabajar a la Cooperativa Vidriera de Cornellà (El Forn del Vidre) -fundada por los de Joan Peiró en 1932-, y al que no veíamos, todo y siendo socio cooperativista fundador, hasta la noche, cuando volvía a casa cansado de tanta hora extra. Lo de mi madre no era para menos. Trabajaba en casa, asistida por mi abuela, en el oficio de modistilla; ella hacía los mejores vestidos de Cornellà; el precio era el de trabajar más horas que un reloj; y aunque trabajaban tanto, nunca tuvimos para comprarnos ni piso ni coche; es más, cuando supieron que esperaban un tercer hijo, que era yo, se plantearon seriamente la posibilidad del aborto, pues la economía familiar no daba para tanto. Felizmente para mí, dieron marcha atrás.

Los abuelos vinieron del Aragón a principios de siglo: los paternos se instalaron primero en Viladecans y después en Cornellà, y los maternos en el barrio deSant Andreu de Barcelona y en Cornellà cuando la fábrica Pastas Gallo se trasladó desde aquel barrio a Esplugues de Llobregat.

De la escuela, teniendo en cuenta cómo era la de entonces, no me puedo quejar. Los párvulos los pasé en el Pedró. Le caí bien a la maestra, Maria RosaAndorrà, quizá porque hablaba catalán, idioma que cultivaban ella y los suyos. Allí conviví con las primeras migraciones del barrio, que levantaron sus casitas alrededor del cementerio. La verdad, en el parvulario hablábamos indistintamente catalán o castellano, según lo entendiera o no el compañero de clase. En eso tuve suerte. Nunca me sentí agredido en mi lengua materna, algo que, sin duda, marcó mi talante futuro. Eso sí, la instrucción era en castellano: para la dictadura esa era la lengua del Imperio: ¡pobre castellano!, tener que aguantar eso.

Mala suerte en la enseñanza primaria. Era la escuela nacional de Torras i Bages. Cantos patrióticos antes de comenzar la clase; loas a la grandeza del Imperio el Día de la Hispanidad; panegíricos contra el comunismo en los aniversarios de la sublevación franquista…; y la vara, la cuerda y la caña americana como método educativo. Tuve suerte, pues nunca probé el arsenal pedagógico de aquel maestro de ocasión, seguramente porque él era maño y existía una sincera amistad entre su mujer y mi abuela.

Mejor me fue con el bachillerato en la Academia Junyent, a la que bajaba cada día andando. El maestro, Don Jesús Cañizares Sáez, era natural de Valladolid, joven y fumador de Peninsulares (los Extras en las grandes ocasiones), e hijo de un policía de la Brigada Criminal, que murió en un tiroteo cumpliendo con su deber. La verdad, era una persona excelente. Se bastaba él sólo para conducir con éxito un aula en que se mezclaba desde la enseñanza primaria hasta el bachillerato, con clases de nocturno para los que eran algo mayores y ya trabajaban en fábrica. Saqué Matrícula de Honor en la prueba de ingreso para el bachillerato, algo que, en aquellas condiciones, era toda una proeza suya y mía. Además, un día a la semana nos enseñaba canciones tradicionales, y una vez al año actuaban un ventrílocuo y un auténtico cowboy, que también trabajaba como figurante en los westerns-spaghetti que se filmaban en Esplugas City, aquellos Estudios Balcázar. Ambos eran de primer nivel. Como la directora, señora Bizcarra, hablaba catalán, el uso del idioma tampoco fue un problema.

Pasé al Instituto de San Miguel (filial del Jaime Balmes de Barcelona), que estaba más cerca de casa. Allí me fue muy mal. El director era un personaje tan catalanista como integrista, amante de la disciplina más férrea. Y los profesores, en su mayoría dejaban mucho que desear. Tan absurdo era todo que acabaron echándome por defender de palabra a unos alumnos a los que acusaban de haber enviado una nota insultante a una profesora. Sabía que eran inocentes y así lo dije. En resumen, nos expulsaron a todos del colegio y tuvimos que ir al recién inaugurado, hoy Francesc Macià, hasta que se descubrió que la célebre nota la habían escrito unas alumnas de un colegio cercano para chinchar a la tal señorita. Así que nos readmitieron, pero el mal ya estaba hecho. Solamente había recibido el aliento y comprensión del profesor de dibujo Don Álvaro Alonso, viejo socialista con el que aún mantengo una sólida amistad, y de otro profesor, que era falangista, y con el que lamento haber perdido la relación. Otro falangista, sin embargo, continuó haciéndome la vida imposible: llegada la democracia se hizo nacionalista afiliándose a CDC, logrando una importante posición institucional en el deporte catalán; lamentablemente, murió en accidente de tráfico.

La verdad es que comencé a sentirme tan desmotivado para estudiar, que decidí iniciar otra vida y, poco a poco, fui dejando de ir a clase, hasta abandonar la escuela del todo cuando terminé sexto curso de bachillerato sin aprobar matemáticas y física. Tenía 17 años.

Como fuera que mi vocación era el cine y no se enseñaba en la Universidad, ni mis padres aceptaban que marchara a París por mi cuenta para estudiarlo, acabar el bachillerato carecía de sentido para mí. Y es que el dinero nunca me ha motivado: hoy vivo, como siempre, en casa de alquiler y, también como siempre, sin coche ni carné de conducir; eso sí, tengo todo lo necesario para cocinar a gusto, un magnífico proyector para ver cine y, entre libros, discos y películas, unos diez mil ejemplares que, día y noche, me hacen compañía

.… adolescencia …

Y, sin darme cuenta, ya era un adolescente. Mi formación la debo más al cine Edison y a la biblioteca de Cornellà que a mis maestros (Don Jesús y Don Álvaro, aparte). Quizá por eso mi vocación ha sido siempre el cine. Así que a los 15 años dirigí una película y a los 16 otra. Eran dos cortometrajes. Uno se tituló “El toxicómano”, pero no pudimos acabarlo por falta de dinero. El otro, “Monsieur Bufallaunes”, rodado en color y 8 mm., que se estrenó el año 1969, con motivo de la Semana de Juventud de Cornellà. Era una crítica, en clave de comedia de humor, sobre las carencias sociales de nuestra ciudad. También organizaba y era ponente de cine forum en todos los barrios. Después vino lo de escribir en la prensa, animado por el conserje del instituto, Don Juan Romero Conejo, con el que aún hoy me relaciono. Comencé, de su mano, en la revista local “El Pensamiento” como corresponsal de mi barrio. Después lo fui de Cornellà en las agencias EFE y Europa Press, y en La Vanguardia, hasta que me metieron en la cárcel y perdí tales privilegios.

A los diecisiete años uno ya es consciente de que ha de ir decidiendo por donde encarrilará su vida. Ayudaba a mi padre en el cobro de los recibos de “El Ocaso” y el “Futbol Club Cornellà”, lo que posibilitó que conociera la ciudad al dedillo, y hacía un año que había comenzado a trabajar, para pagarme los estudios, en la empresa Elsa de Cornellà. Mi hermana era la secretaria del director y medió para que me contrataran como auxiliar administrativo. Los veranos iba a París a ver cine, unos años alojado en casa de un tío mío y, otros, donde podía. Me apunté a la coral del Orfeó Catalònia, su cuadro teatral y su sección cultural “Los trovadores”; después los jóvenes creamos “Nova Gent”, grupo de teatro que hizo entrar aire nuevo en la entidad. También comencé a estudiar sociología en el Instituto de Estudios Sociales de Barcelona con el añadido que los lunes, al salir de clase, iba con Salvador Colominas al Teatro Romea, que ese día de la semana daba teatro contemporáneo de la mano de Ricard Salvat, el cual nos dejaba entrar gratis. Me hice socio del Centro SocialAlmeda, donde un grupo de jóvenes organizaba cosas con vocación de barrio, pero también de ciudad. La revista “El Pensamiento”, que dirigía el arcipresteJaume Rafanell, era otro lugar que acabamos ocupando los jóvenes renovando sus contenidos. Y, alguna que otra noche, a la “Peña Fosforito” a oirflamenco, como buen amante del jazz que era y soy.

… y primera juventud:

La suerte estaba echada. Mi inclinación se decantaba hacia lo social, hacia la recuperación de las libertades, algo que aparecía como muy lejano. Nuestros mitos eran Martin Luther King, Bobby Kennedy, Ghandi… y, la verdad, el hecho de que todos hubieran sido asesinados en países democráticos nos hacía creer que lo de aquí no se acabaría nunca, pero, afortunadamente, Franco sólo ocupó cuarenta años la Silla: cinco de mi juventud, que es bien poco.

Decir que del Orfeó Catalònia me apartaron de la junta en 1972 por no gustarles lo que hacíamos, y la revista “El Pensamiento” fue cerrada por el Régimen también por esas fechas, así que mi actividad social se centró en el Centro Social Almeda, la prensa barcelonesa y, algo importante, en 1971 me presenté a las elecciones sindicales que se celebraron el mayo de aquel año. Resulté elegido, pasando a ser el secretario del Jurado de Empresa de Elsa, fábrica vidriera de unos 900 trabajadores, donde conocí a dos grandes maestros del sindicalismo, Don Antonio Sánchez y Don José Maria Luque, el uno comunista y el otro socialista. José María era jurado de empresa, a pesar de que la UGT se oponía a que sus militantes participaran en las elecciones sindicales. En su casa nos vimos con Valentín Antón, líder de los ugetistas catalanes, e intentamos convencerle del error. Él líder mantuvo su posicióngoogle, pero aceptó que los militantes que quisieran se presentasen y me animó a afiliarme al sindicato socialista. Decliné su invitación, pues no se trataba de que los que quisiéramos participáramos en las elecciones sindicales; el tema era que la UGT tenía una estrategia equivocada, como ya en democracia reconoció Nicolás Redondo.

Así que continué como jurado sindical independiente, lo que no quitó que la dirección de la empresa, al comprobar mi actitud en defensa de los derechos sociales, me exiliara a “ La Siberia”. Así es como llamábamos al almacén que tenía en Sant Joan Despí, en el que estaba sólo y aislado de la fábrica. Eso era algo habitual y comprensible en aquel tiempo; lo que no entendí nunca es que cuando, ya en democracia, volví a la empresa, que era una Sociedad Anónima Laboral, los directivos de izquierdas me confinasen de nuevo en “ La Siberia”. Y es que a veces algunas derechas y algunas izquierdas son igual de crueles.

No ocultaré que tanto yo como los jóvenes con que me relacionaba, no sentíamos nuestros los planteamientos de CC.OO. y el PSUC, aunque sus actos de audacia nos merecían gran respeto. Pensábamos que eran gentes teledirigidas, quizá porque su arraigo ciudadano era muy poco. Con el tiempo fuimos conociéndonos mejor.

Así que actuábamos sin adscripción política y en la legalidad. Nos habíamos dado cuenta que desde la legalidad era posible hacer más cosas que llegaran a la gente que desde la clandestinidad. Los de CC.OO. así lo entendían también en la vertiente sindical, pero, quizá por provenir en su mayoría de la inmigración, no optaron por arraigar en las entidades autóctonas; además, eran bastante pocos.

En aquel período dos hechos importantes: la Semana Cultural de Almeda de septiembre de 1970 y el desbordamiento del río Llobregat en septiembre de 1971.

La semana cultural fue un acto de libertad: pasaron por el barrio cantantes como Paco Ibáñez, que actuó al aire libre con los ruidos y humos de la fundiciónLaforsa por todo decorado; también Els Joglars, que entonces comenzaban, y tantos otros. Lo más importante es que la gente del barrio, por primera vez sintió el orgullo de ser de Almeda y, los que éramos de otros barrios de Cornellà, el de ser ciudadanos de nuestra ciudad.

Al año, la riada. Toda la parte baja de Cornellà inundada. Me pilló estando en Almeda, y de tan cerca que cuando vi cómo venía el agua me puse a correr y ya me llegaba a la cintura cuando logré refugiarme en la casa de unos amigos, en la que pasé todos aquellos días. Si el barrio encontró su orgullo en la semana cultural y ya se había movilizado discretamente para evitar el derribo de un bloque de viviendas sociales, la riada fue el colofón. Es esta una página ya muy explicada, pero lo que es inenarrable es el sentimiento de solidaridad que existía entre todos los vecinos; durante unos días supimos que la igualdad era posible, una lección que no se aprende en ninguna universidad como la aprendimos allí.

Pasada la catástrofe vimos que debíamos coordinarnos con los diferentes barrios y también con las fábricas, pues todos habíamos actuado a una durante el desastre, pero no había instancia legal que permitiera una relación estable. Así que fundamos lo que llamamos Comisiones de Barrios y Fábricas, que tuvo por ámbito la comarca del Baix Llobregat y que no tenía relación directa con ningún partido político. Lo cierto es que, para bien y para mal, ese paso hizo subir la temperatura ideológica y el voluntarismo, pues no son lo mismo las cosas cuando se debaten desde la barrera de la clandestinidad, que cuando uno ha de torear en la plaza pública de la legalidad. Pero fuimos respetuosos con la forma de ser de cada cual, lo que permitió que aquello sobreviviera e hiciera algunas cosas de provecho.

De la comisaría a la cárcel

Y todo me parecía que iba tan bien cuando la madrugada del domingo 13 de febrero de 1972 sonó el timbre de mi casa. La Brigada Político-Social venía a detenerme. Estaba prevista una jornada de lucha de trabajadores y estudiantes para el lunes siguiente. Era en solidaridad con las fábricas en lucha y contra la ley de educación que quería imponer el gobierno. Por primera vez estudiantes y trabajadores iban a una. Conmigo, detuvieron a siete sindicalistas más.

De mi paso por comisaría saqué varias experiencias. Conocí la tortura, verdadera cara del Régimen; conocí la fuerza emotiva de la solidaridad en un momento difícil; y sufrí pensando en lo mucho que deberían estar padeciendo mis padres. Como siempre una nota cómica. Entonces, la canción de moda se titulaba “Soy rebelde”, estaba compuesta por el Maestro Alejandro y la cantaba la inglesa Jeanette. Pues bien, en los calabozos del sótano de Via Laietana, el carcelero, mientras paseaba, iba haciendo girar la porra inconscientemente mientras la tatareaba: “Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así…”.

El comisario que dirigió mi interrogatorio y las sesiones de tortura se llamaba Genuino Navales, curiosamente. Murió hace unos años al quedar atrapado, lamentablemente, en un pozo aséptico de su finca de Castilla. He conocido a su hijo, que se llama Carles, como yo, y le he expresado que no siento ningún rencor por lo que me hizo su padre, pues no fue más que el resultado de un Régimen que forjó muchas personas como él. Eso sí, lo que no entendí nunca es que ya en plena democracia se le condecorara con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, máxima encomienda del Estado.

Quién suscribe lo tenía muy mal. Habían encontrado un paquete cerrado con varios ejemplares de la revista comarcal clandestina “Prensa Obrera” y de otras publicaciones políticas, a la vez, en casa había muchos libros no autorizados en España, fruto de mis viajes a París. No tuve la misma suerte que el compañero Francisco Pareja, al que también detuvieron aquella noche. Durante el registro de su casa vieron que había un libro titulado “El capital”, cuyo autor es Carlos Marx, pero un policía le dijo al otro: “Con ese título no será nada malo…, debe ser cosa de empresarios”.

Lo peor es que me enseñaron la declaración de un compañero mío, firmada de su puño y letra, al que habían detenido tiempo atrás, y en la que “cantaba más que una almeja”. Nunca le he dicho a él que la vi, y nunca se lo diré, como tampoco he revelado su nombre a nadie: entiendo que en una situación como aquella uno pueda hundirse.

En medio del interrogatorio, otra lección. En un momento de descanso, entró en la pequeña sala un policía de paisano que venía de las manifestaciones estudiantiles. Se dirigió a mí en catalán, que se notaba era su lengua materna. Eso me dio esperanza, el que hablara catalán me hacía suponer que sería menos malo que los demás; pues no, resultó ser el peor de todos. Ya lo ven, entonces si hablabas bien de Franco en catalán no te pasaba nada, pero si hablabas mal del general en castellano o en catalán, te tomaban la medida enseguida.

Al volver a la celda miré a las de enfrente. En una estaba Antonio García y en otra Antonio Luque, ambos de Siemens: la fuerza de voluntad que me dio su mirada es impagable, con sus ojos me decían que estaban orgullosos de que hubiera resistido; después desenvolví un bocadillo que me trajo mi madre y mi tía y en el papel de periódico de “El Correo Catalán” una pequeña noticia explicando que varias fábricas de la comarca habían parado en solidaridad con nosotros: ya fue el súmmum. Aquella noche dormí en la gloria.

Tras los tres días que permitía la ley nos tuvieran incomunicados, pasamos a disposición del juez, que puso en libertad a todos menos a mí, acusado de propagandas ilegales. Así que del juzgado fui a la cárcel, donde estuve tres meses, hasta que logré la libertad provisional en espera de juicio.

En la Cárcel Modelo aprendí muchas cosas. Por supuesto a abrir toda clase de coches y que al caco se le llama chorizo para expresar que es un ladrón de poca monta incapaz de robar nada más que el bocadillo de chorizo del albañil que está en el andamio. Conocí a ladrones de altura, que se centraban en las viviendas del cuerpo diplomático y en obras de arte, también a pobres hombres como “El madriles”, alcoholizado y más a gusto en la cárcel que fuera.

Tuve tres meses para leer mucho y hablar todavía más con delincuentes jóvenes de la periferia barcelonesa. Los funcionarios me trataron muy bien, tanto ami como a otros presos políticos que estábamos en aquella Sexta Galería, reservada a los menores de 21 años.

No puedo dejar de citar a las vecinas de mi barrio, con Doña Maruja Tejero al frente, que se organizaron para que cada día una de ellas cocinara y me hiciera llegar, aún caliente, la comida del día, que compartía con mis compañeros de celda: el plato que tuvo más éxito fue el pollo a la murciana, que recomiendo (pollo guisado con sofrito, chorizo del bueno y pimientos verdes de la huerta). Como ven, mi ancestral afición a la gastronomía descansa sobre sólidos cimientos.

A los pocos meses, el juicio en el Tribunal de Orden Público de Madrid, del que salí absuelto. Pesaron a mi favor los muchos certificados de buena conducta que extendieron desde diarios como “ La Vanguardia”, del que fui corresponsal, hasta entidades ciudadanas y las parroquias de Cornellà. Seguro que también llegó a la sala el aroma del rosario que a la hora del juicio comenzaron varias beatas de Cornellà en la iglesia de Santa María dirigidas por la mayordoma del arcipreste de Cornellà, Jaume Rafanell, pero lo que decidió hacia donde iría el fiel de la balanza fue la declaración de este ante el Tribunal.

Mossèn Jaume declaró que era verdad lo que yo había dicho en comisaría, que esa noche esperaba un paquete con la revista parroquial que no me enviaron, por lo que cogí el paquete de revistas clandestinas pensando que era la revista que él dirigía. Reconozco que el fiscal que tuve, ese día -y supongo que también otros- actuó de buena fe, pues sus conclusiones nada tenían de acusatorias, más bien se centraron en justificar a un chico joven y con buenas credenciales que quizá tuvo un mal momento. Tan favorable fue su intervención, que en la fase de conclusiones mi abogado defensor se limitó a decir: “Después de oir la intervención del señor Fiscal, no tengo nada que añadir”. Algo que seguramente era insólito en aquella Sala. Eso sí, cuando pasó todo le pregunté a mossèn Jaume por qué había pecado mintiendo. Él, que era hombre recto y de una pieza, me lo argumentó así: “Cometí el pecado venial de mentir para evitar que los jueces cometieran el pecado mortal de condenarte a la cárcel, y la teología católica dice que si con un pecado venial evitas que otro cometa uno de mortal, el pecado venial desaparece”. Así de sencillo.

Una vez y no más

Siempre he admirado más a los que llevando una actividad como la mía no fueron detenidos; eso sí que es un mérito. Así que procuré que no volvieran a pillarme, lo que significó dormir fuera de casa en momentos de peligro, especialmente en casa de mis tíos Carmen y Ángel -mis segundos padres-, allí cenaba y dormía compartiendo cama con mi primo Ángel, con él, por toda oración, antes de apagar la luz escuchábamos cada noche “Here comes the sun” (Por fin llega el Sol), la canción de George Harrison que interpretaban Los Beatles, con la esperanza de que algún día también saliera en España el sol de la libertad. A las seis de la madrugada, mi tía Carmen sacaba a pasear a su perra Laica para comprobar que no había moros en la costa y, después, me iba a trabajar.

En algunas ocasiones tuve que pasar varios días escondido, como sucedió en las detenciones de varios sindicalistas, en 1973, con motivo de los preparativos de movilizaciones contra el “Proceso 1001”, que debía verse en el TOP. Por suerte, al ser administrativo, la policía pensó que entraba a trabajar a los ocho en vez de a las seis y media de la madrugada, y se presentaron en la puerta de mi casa a las siete para detenerme sin orden judicial. Mi hermano pudo venir a avisarme. Salí de la empresa aduciendo que no me encontraba bien y tenía que ir al médico. Laureà Palmer, viejo amigo de escuela, me llevó en su camión de verduras a Viladecans y allí me refugié en la masía de Doña Antonia Doñate, toda una delicia de mujer, que cocinaba como los ángeles y dispuso una amplia habitación sólo para mí; en otra, libros y discos a porrillo: mejor que vacaciones en el mar. Tras aquella experiencia a veces pensaba: “A ver si vienen a detenerme y así puedo volver con la sra. Doñate”.

Pasado el peligro volví a la vida normal (si así puede llamársela a la que llevaba) a tiempo de asistir a la representación teatral “Per què surt de mare elLlobregat?”, obra de nuestro Joaquim Vilà i Folch, representada por el grupo teatral cornellanense “El Corn”, que él dirigía. Quim había sido premiado con el “Ciutat de Granollers de Teatre” por su obra “Si grinyola, posa-hi oli”, lo que le concedió el honor de representar en el Teatro-Casino de aquella ciudad su soberbio montaje sobre la riada. No podía perdérmelo: por fin el Cornellà cultural joven también ponía su estandarte en Catalunya.

Y como quien no quiere ya se acercaba la huelga de Elsa. Como preámbulo el atentado de ETA que costó la vida al almirante Carrero Blanco a las 9’36 horas del 20 de diciembre de 1973. La noticia me llegó cuando estaba interviniendo en la UTT del Vidrio y la Cerámica del Baix Llobregat para que se aprobara una resolución pidiendo la libertad de Marcelino Camacho y sus compañeros, que esos días estaban siendo juzgados por el TOP. De pronto, entró un funcionario del sindicato vertical, que rompió a gritar habían matado al presidente del gobierno y espetando que si eso es lo que querían los comunistas como Marcelino Camacho. Se suspendió la reunión y no se aprobó la resolución. Comprobé algo que ya pensaba, que el terrorismo lo que hace es crear temor entre los trabajadores y frenar el camino de éstos en su lucha por la democracia; es más, estoy convencido que el asesinato de Carrero no aceleró la caída del franquismo, creo que, eso sí, sirvió para que el Régimen se cerrara más en sí mismo y reprimiera con más fuerza: las penas de muerte a Puig Antic, “Txiqui” y otros, estados de excepción,…, esas fueron las consecuencias.

Esa noche, con otros compañeros de Bandera Roja -organización política a la que acababa de afiliarme- salimos a tirar octavillas condenando el atentado. Era una situación surrealista, pues con la tensión que se vivía ese día, si llega a vernos la Guardia Civil seguro que nos dispara. En la prensa extranjera la noticia hubiera sido esta: “Extraño suceso: La Guardia Civil dispara y mata a jóvenes comunistas españoles que lanzaban octavillas condenando el asesinato del presidente Carrero Blanco”.

Y llegó la huelga de Elsa

Es un hecho aceptado por todo el mundo mínimamente documentado que la huelga de Siemens de 1962 marca un antes y un después, y que lo mismo sucede con la huelga de Elsa de 1974. En el primer caso, el movimiento obrero dio fe de vida. En el segundo, el sindicalismo se organizó públicamente.

Llegamos a la huelga de Elsa con una situación muy transformada. Además de los jurados de empresa y los enlaces sindicales, había las Uniones de Técnicos y Trabajadores, de las que eran presidentes los dirigentes más representativos de los ramos de producción. Bastantes de CC.OO., algunos de la UGT y la CNT, y la mayoría de ninguna organización ilegal; pero todos, igualmente representativos. El gran mérito de CC.OO., UGT y los Sectores de Barrios y Fábricas (una organización autóctona, que acabó fusionándose conCC.OO.) es que pusieron por encima de sus acuerdos y desacuerdos, las decisiones que se tomaban en las instancias públicas, previa consulta hecha empresa a empresa. Sin este hecho, el sindicalismo del Baix Llobregat no hubiera visto la huelga de Elsa, ni las huelgas generales que siguieron.

En aquellos momentos, nuestro espacio legal era muy ancho. En el sindicato vertical podíamos hacer reuniones generales de enlaces sindicales y elegir un representante de cada ramo de producción -instancia que después llamamos ” La Intersindical”-; teníamos un despacho para recibir a la prensa, a representantes de otras empresas o recoger dinero de apoyo a la huelga. A la vez, el Régimen estaba en decadencia, y un sector -el denominado “los hombres del Príncipe”- optaban por la apertura. La prensa legal también apostaba, como el delegado sindical provincial de entonces, Josep Maria Socías Humbert, con el cual pudimos entendernos. Después sería destituido, al oponerse al encarcelamiento del periodista Josep Maria Huertas Clavería.

Por lo contrario, puede afirmarse que el sindicalismo ilegal del Baix Llobregat nunca estuvo tan dividido como en la huelga de Elsa. El punto de encuentro fue la democracia directa que se expresaba a las reuniones toleradas que hacíamos en el edificio del sindicato vertical. Era allí dónde se tomaban las decisiones reales, aquellas que venían de las fabricas en forma de propuesta y volvían a las fábricas transformadas en acuerdo mayoritario que nos comprometía a todos.

Este espacio de legalidad permitió superar las muy fuertes diferencias entre las organizaciones ilegales. Parar CC.OO. -muy vinculada al PSUC- la generalización de la huelga daba miedo. Se temía que provocara una situación incontrolada y acabara con una escabechada policial que decapitara al movimiento obrero del Baix Llobregat. Para Sectores de Barrios y Fábricas (vinculada a la organización política Bandera Roja) el proceso hacia la huelga general tenía que acelerarse y así exhibir un modelo de sindicalismo diferenciado de CC.OO.. Además, dentro de estos se había sufrido una ruptura. Toda una parte había marchado de Bandera Roja, estaba en conversaciones con el PSUC, y optaba por un mayor gradualismo, que permitiera la mayor implicación ciudadana posible.

Si la huelga se hubiera tenido que decidir por acuerdo de las organizaciones ilegales, nunca se hubiera producido. Las reuniones públicas fueron el auténtico parlamento. La representación directa y la votación de los acuerdos, es el que unió a unos y otros en una misma posición. También UGT adoptó este criterio, aun cuando oficialmente era contraría a participar en las instancias legales.

Debo recocer, y añadir a lo dicho, que otro auténtico centro logístico de la huelga de Elsa fue el Bar del Pino, regentado por Juanito Pino, su hermano y sus respectivas compañeras, ambas excelentes artistas del choco, el calamar, los boquerones adobados -crudos o fritos-, y los legendarios caracolillos en su caldo, que, con las pintas de cerveza y el vino de Montilla a granel, acababan siendo nuestra cena diaria, con Antonio Morales por principal anfitrión y gran maestro de ceremonias. Tabaco, cerveza, finos y tapas de primera a precio fiado, si era menester: ¿qué más podíamos pedir?

El bar estaba en Cornellà, tocando al barrio de Les Planes de Sant Joan Despí. Era una tasca fronteriza, con mesas de fórmica y una máquina tocadiscos, a un duro la canción, que no paraba de hacer sonar “Por el camino de Loja”, una “copla” con música del Maestro Benito Ulecia Collado -nacido en Barcelona y muerte en Tiana-, cantada y con letra compuesta por el valenciano Luis Lucena (Luis Lisart, su nombre auténtico; compositor e intérprete de piezas como “Españolear”, “A la Virgen del Pilar” y tantas otras). Esta canción no ha aguantado el paso del tiempo, pero entonces ocupaba el primer lugar en “Los 40 principales” del bar del Pino.

Allí llegaban las novedades, venían gentes de otras empresas y lugares, se sopesaba la situación y, tras riguroso análisis, se tomaban las decisiones de carácter estratégico.

Otro centro logístico lo fue el Patronat Cultural i Recreatiu, donde cada tarde nos veíamos con los corresponsales de prensa para darles información; todos ellos eran cómplices y sabían que una noticia en la prensa legal valía más que un millón de octavillas, aunque a la huelga se la llamara paro o al despido rescisión de contrato.

Mi vivencia fue intensa. Como es lógico, vivía lejos de mi casa, incluso alguna noche en la de un amigo falangista “de izquierdas”, como se hacía llamar. Marta Farrés era una especie de secretaria que llevaba mi agenda y a mí de un sitio a otro en el coche más desvencijado al que he subido. Cuando llegaba al sindicato vertical, dos miembros de la Brigada Político-Social se me enganchaban sin despegarse de mi en todo el día; la verdad es que alguna cerveza tomamos juntos, eso sí, tras ellos un nutrido grupo de trabajadores de Elsa por si me detenían.

Carles Navales y otros compañeros durante la huelga de ELSA

El momento más delicado lo viví a media huelga. Los enlaces y jurados sindicales de Siemens pidieron una reunión con los de Elsa en el sindicato vertical, que fue autorizada. Su propuesta era que aceptara el despido para que así la huelga se acabara. A cambio, me proponían ir a trabajar a la Cooperativa de Consumo de Cornellà. Mi respuesta fue que no, a no ser que me lo pidieran mis compañeros de trabajo. A la salida hablé con sus principales dirigentes, que militaban en el PSUC y en CC.OO., e intenté hacerles ver que no debían temer por la evolución de las cosas. Les expliqué que acababan de expulsarme de Bandera Roja por mi moderación, y que el sector radical de la organización no tenía peso en la toma de decisiones de los trabajadores de Elsa. Creo que esa conversación actuó como un bálsamo, pues a los pocos días me pidieron si quería asistir a una rueda de prensa, que CC.OO. organizaba ilegalmente, para informar a la prensa de Barcelona sobre las luchas que había en aquellos momentos. Dije que sí, y allí conocí a José Luís López Bulla, hoy gran amigo. Decir que pensé: “Con lo fácil que es reunir a los periodistas en el Patronat de Cornellà, como se complican la vida estos de CC.OO. con tanta cita de seguridad para vernos con la prensa”.

La crónica de la huelga está más que escrita, por lo que no reiteraré lo que ya es sabido.

El final de la primera huelga general, tuvo como consecuencia un sindicalismo con un amplio espacio de legalidad y una total transformación en las formas de lucha, que se extendió a toda España.

La mili en Madrid

Por mi parte, fue acabarse la huelga y marchar al Servicio Militar pocos días después. Recuerdo el emotivo homenaje en el Centro Social Almeda, donde se subastaron los rizos de mi abundante pelambrera para conseguir el dinero con que subsistir en el exilio que me esperaba, primero en Madrid y luego enAranjuez.

No me extenderé en este apartado, sólo decir que estuve los tres primeros meses sin poder salir del acuartelamiento ningún día y que, ya en el cuartel deAranjuez, me metieron un mes en el calabozo por un artículo que publiqué en el diario “Tele Exprés” sobre las elecciones sindicales de junio de 1975, y que sólo me concedieron el mes obligatorio de permiso. Allí viví la primera enfermedad de Franco y el cumplimiento de las sentencias de muerte a Juan ParedesManot “Txiqui” y otros miembros de ETA en septiembre de 1975. Esa noche estábamos de campamento en Zaragoza, como llevaba la cantina y la intendencia opté por dormir al aire libre contemplando las estrellas. Desde el bar de oficiales se espetaron gritos y vivas, estaba claro que las sentencias de muerte se habían ejecutado.

De Madrid guardo el recuerdo de los amigos que hice allí y que ofrecieron sus casas cada vez que las necesité. También mis paseos para dar rienda a la nostalgia. Más de una vez me paré en el Puente de los Franceses, donde resistieron los madrileños cuando ya todo estaba perdido, con el Gobierno del Presidente Azaña en retirada y el del Presidente Lluís Companys, nuestra Generalitat, ya en tierras de Francia. Espero que algún día la Generalitat deCatalunya tenga la dignidad de poner, aunque sólo sea, una placa en aquel puente, que rece: “A los madrileños y madrileñas que dieron aquí su vida en defensa de las libertades de Catalunya y de todos los demás pueblos de España”.

Señalar que recibí varias cartas del Delegado de Sindicatos, José Maria Socías Humbert, con membrete oficial. Los militares alucinaban, sobretodo cuando una se me entregó estando en el calabozo. Si las abrieron -cosa que no sé- la alucinación debió ser a lo LSD, pues en algunas incluso hablaba de que el Príncipe optaba por la reforma, o que políticos como Pío Cabanillas le decían que debían promocionar a sindicalistas como nosotros. Si eso no expresaba la descomposición del Régimen, que baje Dios y lo vea.

La Intersindical y el Factor K

Fue acabar la mili, volver a Cornellà, y morir el dictador. Mi posición fue que el Rey era una pieza fundamental en la recuperación de la democracia, pero muchos de mis compañeros pensaban lo contrario. Así que continué sin pertenecer ha ningún partido político ni a Comisiones Obreras. Fue cuando dieron el giro que me acerqué a ellos.

Mientras tanto, iba sobreviviendo gracias a Don Alfonso Carlos Comín, que estaba al frente de la Editorial Laia y me propuso formar parte del Consejo de Dirección de la colección de libros sobre sindicalismo “Primero de Mayo”. Además, me ofreció coordinar la colección de cuadernos del mismo nombre, lo que significaba una remuneración de 30.000 Ptas. por número, que debía compartir con Manuel Ludevid, el otro coordinador, aunque su parte me la entregaba a mí por estar yo sin trabajo. De joven te apañas con poco: los cuadernos salían cuando salían.

Pero en el terreno sindical lo que venía era la Tercera Huelga General, la de Laforsa. Su desarrollo también está más que escrito, por lo que me limitaré a reflexionar sobre lo que fue “ La Intersindical”, organismo que expresaba el cenit de un proceso democrático de representación obrera.

En la huelga general de Laforsa, la Intersindical, de la que formé parte, fue aceptada por los trabajadores como organismo dirigente, y, por parte del Régimen, como ente representativo.

En 1975 el dictador moría a la cama, y con él acababa un Régimen que sólo aguantó cuarenta años, un periodo de tiempo muy largo para los que lo sufrieron, pero muy corto cuando se escriba la historia de España dentro de cien años. Será, eso sí, una gota de ácido sulfúrico, en vez de agua buena, y quedará como si de una mota de suciedad se tratara.

Era tal la descomposición del Régimen y los avances sindicales, que en el Baix Llobregat funcionaba entonces lo que denominamos la Intersindical, que no era otra cosa que un movimiento sindical estructurado y unitario, los representantes del cual eran elegidos directamente por los trabajadores desde la asamblea de fábrica.

Si eso era así, la cuestión tantas veces expuesta es: ¿Por qué no cuajó un sindicato unitario en nuestra comarca? Es la pregunta del millón. La respuesta en absoluto es compleja. La presión internacional, la derecha democrática y la izquierda democrática no querían que eso sucediera. Curiosamente, por caminos muy distintos llegaban, unos y otros, a la misma conclusión. Para los EE.UU. y la Internacional Socialista lo que llamaban el “Factor K” era la cuestión clave: “K” de comunismo.

Era reciente la revolución de los claveles en Portugal con hegemonía comunista, en Italia el PCI se había convertido en el partido más influyente de aquel país,  en Francia había un frente de izquierdas… Veían al comunismo como el clavillo o eje que en Europa podía trabar las pinzas de la tenaza, con la URSS de primer brazo y los partidos comunistas del sur de segundo.

Fuerte fue la sorpresa de José Maria Socías Humbert, secretario general de los sindicatos españoles oficiales, cuando el entonces todopoderoso Otto Kersten, Secretario General de la CIOSL (internacional de los sindicatos socialdemócratas), le decía que de ninguna de las maneras debía celebrarse un Congreso Sindical en España, con la elección directa de los congresistas, para traspasar la Organización Sindical Española a los trabajadores. Y que nada de legalizar a CC.OO. al mismo tiempo que a la UGT. Para Kersten el “Factor K” aconsejaba evitar estructuras sindicales unitarias que pudieran estar controladas por los comunistas, como sucedía con la Intersindical portuguesa, y aconsejaba, también, dar vuelo a UGT para que acortara la enorme distancia representativa que la separaba de CC.OO.Otto Kersten fue claro y habló sin ambages: de no ser así ni la CIOSL ni la Internacional Socialista apoyarían el proceso hacia la transición democrática que España empezaba a recorrer. Y así fue. La UGT celebró su Congreso legalmente, camuflado con el nombre de “Jornada de Estudios Sindicales”.

CC.OO. continuó siendo ilegal. Y no hubo ni Congreso Sindical en España, ni Intersindical en el Baix Llobregat.

La derecha también jugó la misma carta. El “Factor K” era la gran preocupación de los EE.UU. y la democracia cristiana europea.

Y los comunistas españoles tampoco se quedaron cortos. Preferían un sindicato concebido a la antigua, como la organización de masas fiel infantería del Partido: no querían correr riesgos con experiencias unitarias, que adquirieran autonomía e independencia y se les fueran de las manos.

Igual pensaba el PSOE: con la UGT ya tenía bastante.

En esta cuestión encaja al dedillo aquello de que todos los caminos llevan a Roma.

Hoy los sindicatos tienen total independencia respecto de los partidos políticos, pero en la Europa de los setenta otro gallo era el que cantaba.

Terminó la huelga de Laforsa; se legalizaron partidos y sindicatos y, en 1976, fui elegido el primer Secretario General de CC.OO. del Baix Llobregat y miembro de la dirección de las CC.OO. de Catalunya y de las de España. Tenía 23 años: todo un futuro tras de mí.

Después llegaron las primeras elecciones democráticas. Pero esa ya es otra historia, que no es motivo de este libro centrado en la lucha antifranquista. Oportunidad tendremos de hablar sobre la transición, que comienza en 1975 y termina en 1982, si así se nos pide en el futuro.

Decir, a modo de epílogo, que la tradición unitaria y de implicación en las cuestiones sociales y económicas de nuestro sindicalismo comarcal actual, tiene su clave de bóveda en aquellos años. Haría falta uno análisis particular de esta vertiente socioeconómica: el sindicalismo y la canalización del río Llobregat; la planificación urbanística de la comarca; los primeros acuerdos por la ocupación firmados también por los ayuntamientos y que hizo suyos el presidente Tarradellas, nacido en el Baix Llobregat; las luchas por la amnistía laboral o contra el terrorismo, en las que fuimos pioneros; y un largo etcétera que merece ser examinado detalladamente.

Y este es mi sentimiento final:

Ojalá no vuelvan nuncaaquellos tiempos felicesque pasamos en la miseria.

Colomers, 11 de septiembre de 2007.

]]>
http://sensetinta.projectescitilab.eu/?feed=rss2&p=962 1
El movimiento obrero http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=49 http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=49#comments Sun, 04 Jul 2010 16:06:28 +0000 Sensetint@ http://sensetinta.projectescitilab.eu/?p=49 Para este primer número de Cornellà: Cinturón Rojo, nos parece oportuno recordar el cómo y el porqué de la unión de los trabajadores a nivel mundial. A través de los siguientes números iremos viendo, enmarcado en el contexto político mundial, porqué Cornellà se unió al movimiento obrero en lucha.

A grandes rasgos la cosa fué mas o menos de la siguiente forma:

PRIMERO DE MAYO

La revolución industrial se produjo en el período que va desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta principios del XIX, donde en Europa se logran las transformaciones más importantes de la historia de la humanidad.

Las labores manuales, fueron desplazadas por la manufactura mecanizada, los trabajos textiles así como la transformación de metales, gracias a la maquinaria, se efectuaban en grandes cantidades, una de las innovaciones tecnológicas mas importantes fue la máquina de vapor, y la locomotora, el comercio se benefició con mejores rutas de transporte.

Aquí tenemos, que dando paso a la fabricación en serie se aumenta la producción disminuyendo el tiempo y con una cualificación de mano de obra menos especializada, reduciendo los gastos, o sea, aumentando los beneficios.

De ahí surge el Movimiento Obrero como consecuencia de la falta de derechos que existía en las fábricas, con jornadas de mas de doce horas, preferiblemente niños, puesto que tenían un sueldo sustancialmente inferior.

Las primeras manifestaciones del movimiento obrero, provienen del obrero inglés Ned Ludd, que en 1779 quemó un telar, propiciando el “ludismo” destruyendo maquinaria, hasta que cayeron en la cuenta de que no eran las máquinas las culpables, sino que los empresarios, a quienes empezaron a dirigir las quejas.

De esta forma nació el sindicalismo, como herramienta frente al capitalismo. Los gobernantes  prohibieron todo tipo de asociaciones, por lo que pasaron a la clandestinidad siendo objeto de persecuciones y despidos.

Todos estos conflictos dieron paso la Lucha de Clases, tomaron conciencia de que pertenecían a una clase social diferente, teniendo que luchar contra ello, el arma mas importante era la huelga, paralizando la producción de las fábricas es como ejercían mas presión.

A finales del siglo XIX, Chicago era la segunda población más importante de Estados Unidos, por ferrocarril acudían cientos de miles de emigrantes formando las primeras villas humildes.

Una de las principales reivindicaciones fue la jornada de ocho horas, ocho horas para dormir, ocho para descansar y ocho para trabajar. En 1886 Los sindicatos habían resuelto que si el día uno de Mayo no estaba establecida la jornada de ocho horas, se iniciaría una huelga.

La prensa del día anterior decía “Además de las ocho horas, los trabajadores van a exigir todo lo que puedan sugerir los mas locos anarquistas”.

New York Times : Las huelgas para obligar al cumplimiento de las ocho horas pueden hacer mucho para paralizar nuestra industria, disminuir el comercio y frenar la renaciente prosperidad de nuestra nación, pero no lograrán su objetivo.

Philadelphia Telegram : El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate: piensa precisamente en estos momentos en iniciar una huelga por el logro del sistema de ocho horas.

Indianápolis Journal : Los desfiles callejeros, las banderas rojas, las fogosas arengas de truhanes y demagogos que viven de los impuestos de hombres honestos pero engañados, las huelgas y amenazas de violencia, señalan la iniciación del movimiento.

El 1 de Mayo de 1886, 200.000 trabajadores lo habían conseguido con la simple amenaza de paro, pero otros 200.000, tuvieron que acudir a la huelga, en Haymarquet Square (Chicago) las
condiciones eran peores, la huelga siguió el día 2 y 3 de Mayo, la única fábrica que trabajaba era la de maquinaria agrícola McCormick que estaban en huelga desde el 16 de Febrero porque querían descontar a los trabajadores una parte del salario para construir una iglesia, la producción se mantenía a base de esquiroles.

El día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas, cando sonó la sirena de los antidisturbios y se produjo una pelea campal, una compañía de policías, sin previo aviso, comenzó a disparar a quemarropa sobre los manifestantes produciendo seis muertos y docenas de heridos.

Adolph Fischer, redactor del rotativo Arbeiter Zeitung Imprimió 25.000 octavillas :

Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormick, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.

Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.

Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del
orden…

¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!

La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el 4 de mayo, a las cuatro de la tarde, en Haymarket Square. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las 19.30.

Cuando el alcalde lo dio por terminado, el acto persistía con la concurrencia de mas de 20.000 personas, cuando el inspector de policía John Bonfield junto con 180 policías mas comenzó a dispersar a los asistentes, cuando entre los policías estalló un artefacto explosivo causando la muerte al oficial de policía Degan y produciendo heridas a otros efectivos. La policía abrió fuego sobre la multitud , matando y causando heridas a un número indeterminado de obreros. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda, detuvieron a centenares de trabajadores que fueron torturados, acusados del asesinato de el policía. Allanaron y registraron domicilios divulgando falsamente el hallazgo de sendos arsenales.

¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.

La prensa en general se unió a la represión y realizó una campaña apoyando y animando la misma con columnas como esta:

Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!.
El 21 de Junio de 1986, comenzó el juicio contra 31 responsables, luego se redujeron a 8. El juicio fue una farsa y se realizó sin respetar norma procesal alguna y sin pruebas, los ocho fueron declarados culpables de ser enemigos de la sociedad y el orden. Tres fueron condenados a prisión y cinco a la horca.

La sentencia

Prisión

  • Samuel Fielden inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil (cadena perpetua)
  • Oscar Neebe estadounidense, 36 años, vendedor (quince años de trebajos forzados)
  • Michael Schwab alemán, 33 años, tipógrafo (cadena perpetua)
Hablaré poco, y seguramente no despegaría los labios si mi silencio no pudiera interpretarse como un cobarde asentimiento a la comedia que se acaba de desarrollar. Lo que aquí se ha procesado es la anarquía , y la anarquía es una doctrina hostil opuesta a la fuerza bruta, al sistema de producción criminal y a la distribución injusta de la riqueza. Ustedes y sólo ustedes son los agitadores y los conspiradores.
Michael Schwab
Muerte en la Horca

El 11 de Noviembre de 1887 se consumó la ejecución de:

Solamente tengo que protestar contra la pena de muerte que me imponen porque no he cometido crimen alguno… pero si he de ser ahorcado por profesar mis ideas anarquistas, por mi amor a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, entonces no tengo inconveniente. Lo digo bien alto: dispongan de mi vida. Adolf Fisher
  • Albert Parsons (estadounidense, 39 años, periodista, aunque se probó que no estuvo presente en el lugar, se entregó para solidarizarse con sus compañeros y fue ejecutado
    igualmente):

El principio fundamental de la anarquía es la abolición del salario y la sustitución del actual sistema industrial y autoritario por un sistema de libre cooperación universal, el único que puede resolver el conflicto que se prepara. La sociedad actual solo vive por medio de la represión y nosotros hemos aconsejado una revolución social de los trabajadores contra este sistema de fuerza. Si voy a ser ahorcado por mis ideas anarquistas, está bien: mátenme. Albert Parsons

Honorable juez, mi defensa es su propia acusación, mis pretendidos crímenes son su historia. [...] Puede sentenciarme, pero al menos que se sepa que en el estado de Illinois ocho hombres fueron sentenciados por no perder la fe en el último triunfo de la libertad y la justicia. Hessois Auguste Spies
  • Louis Lingg (alemán, 22 años, carpintero) para no ser ejecutado se suicidó en su celda:
No, no es por un crimen por lo que nos condenan a muerte, es por lo que aquí se ha dicho en todos los tonos: nos condenan a muerte por la anarquía y puesto que se nos condena por nuestros principios, yo grito bien fuerte: !soy anarquista¡ Los desprecio, deprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su autoridad. !Ahórquenme¡. Louis Lingg

José Martí , corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos aires, relata la siguiente crónica:

…salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable… José Martí

A finales de mayo de 1886 la patronal accedieó a otorgar la jornada de ocho horas. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: “Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical“.

Por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, el 1 de Mayo es considerada jornada reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.

+ Informació relacionada

Lucy Eldine González Parsons

(1853 – 7 de marzo de 1942) fue una dirigente laboral radical y una anarquista comunista estadounidense, recordada por su poderosa oratoria, una de las más influyentes de su tiempo.

Revolución industrial

Movimiento Obrero

Ned Ludd

Arbeiter Zeitung

Haymarquet Square

Samuel Fielden

Oscar Neebe

Michael Schwab

Georg Engel

Adolf Fisher

Albert Parsons

Hessois Auguste Spies

Louis Lingg

Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional

]]>
http://sensetinta.projectescitilab.eu/?feed=rss2&p=49 1